Recomendaciones basadas en European Pressure Ulcer Advisory Panel, National Pressure Injury Advisory Panel and Pan Pacific Pressure Injury Alliance. Prevention and Treatment of Pressure Ulcers/Injuries: Clinical Practice Guideline. The International Guideline. Emily Haesler (Ed.). EPUAP/NPIAP/PPPIA: 2019.
Nuestro objetivo como profesionales debe ser mantener una piel intacta en el paciente para evitar la aparición de lesiones por presión u otras lesiones.
La inspección sistemática de la piel en busca signos de alarma prestando especial atención a las zonas expuestas a la humedad y prominencias óseas, permite instaurar precozmente medidas de prevención que eviten la aparición de lesiones.

La limpieza de la piel elimina la suciedad, la grasa y otras sustancias no deseadas de la superficie de la piel. La frecuencia de la limpieza debe ser individualizada, una limpieza excesiva puede hacer que la piel se seque debido al deterioro de la piel natural.
Es necesario asegurarse de que la piel esté seca después de la limpieza, prestando especial atención a los pliegues de la piel.
Es importante tener en cuenta el daño de la piel por la humedad ya que puede aumentar el riesgo de lesiones por presión.
La humedad también aumenta el coeficiente de fricción entre la piel y la superficie de apoyo, aumentando así el riesgo de daño por cizallamiento.
Se debe valorar y tratar los diferentes procesos que pueden originar un exceso de humedad en la piel como: incontinencia, sudoración profusa, drenajes, exudado de heridas, etc.
Recomendaciones
- Valore todos los procesos que puedan originar un exceso de humedad en la piel: incontinencia, sudoración profusa, drenajes, exudados de heridas, fiebre
- Desarrolle un plan de manejo de la incontinencia que incluya absorbentes y cambios de ropa.
- Proteja la piel del exceso de humedad con productos barrera.
Se debe evitar el uso de un jabón o limpiador alcalino debido a la interacción entre los productos de jabón de pH alto y las proteínas y lípidos en la piel.

La aplicación regular de un humectante tras la higiene de la piel se sugiere para promover la hidratación de la piel y prevenir otros efectos adversos.
En el pasado, el masaje se ha utilizado como método de prevención de lesiones por presión. El masaje vigoroso tiene el potencial de dañar el tejido.
En resumen:
¿Cuáles son los cuidados que se deben proporcionar a la piel del paciente para mantener su piel intacta?
- Aseo general cada 24 horas y parcial cuando se precise. Lavar la piel con agua tibia, aclarar y realizar un secado meticuloso sin fricción.
- Utilizar jabones o sustancias limpiadoras con potencial irritativo bajo.
- Mantener la piel del paciente en todo momento limpia y seca. Vigilar incontinencias, sudoración excesiva o exudados que provoquen humedad aplicando productos barrera.
- Examinar el estado de la piel a diario, (durante el aseo, cambios posturales, etc.) buscando sobre todo en los puntos de apoyo, áreas enrojecidas o induraciones.
- Registrar el estado de la piel (estado de hidratación, eritemas, maceraciones, fragilidad, calor, induración, lesiones)
- No utilizar sobre la piel ningún tipo de alcoholes (de romero, tanino, colonias, etc.)
- Aplicar ácidos grasos hiperoxigenados en las zonas de riesgo de desarrollo de ulceras por presión.
- No frotar o masajear excesivamente sobre las prominencias óseas por riesgo de traumatismo capilar.
- Evitar la formación de arrugas en las sábanas de la cama.
- Para reducir las posibles lesiones por fricción o presión en las zonas más susceptibles de ulceración como son el sacro, los talones, los codos y trocánteres, proteger las prominencias óseas aplicando productos barrera, apósitos y taloneras con velcro.
Puntos clave
Implemente un régimen de cuidado de la piel que incluya:
- Mantener la piel limpia y adecuadamente hidratada.
- Limpiar la piel inmediatamente después de episodios de incontinencia.
- Evitar el uso de limpiadores y jabones alcalinos
- Proteger la piel de la humedad con un producto barrera.